1.19.2017

BYE BYE TETITA

Han pasado ya dos años y casi dos semanas desde que nació Jordi, parece que fue ayer, y con este reciente aniversario ha llegado el 'Adiós a la teta. No ha sido pactado ni forzado, ha sido de lo más natural posible, tanto para él como para mí.

Hay que decir que él ya solo tomaba para dormir la siesta y por la noche, pero de repente empezó a olvidarse y a dormirse sin ella. Estuvo cerca de un mes que igual se pasaba 24 horas sin tomar y de repente un día se olvidó y pasaron 5 días, así que decidí que había llegado el momento de dejar atrás esta bonita etapa. Cuando me volvió a pedir, le dije que como había estado tantos días sin tomar la mama ya no tenía leche y se fue a buscar el bibi y abrió la nevera. No es porque sea mi hijo, pero es más listo que el hambre nunca mejor dicho. Pues así, sin más sustituyó la teta por el bibi, aunque algún día se le escapa pedir teta y luego reconduce y va a por su bibi.


Y algunas me preguntaréis, '¿No te da penita?', pues no. He vivido esta etapa de una forma muy natural, y con la misma naturalidad ha pasado y lo hemos aceptado. Hemos tenido una lactancia muy buena, facilona, sin muchas complicaciones, salvo las dos primeras semanas, aunque gracias al gran apoyo de Víctor y a la ayuda e información recibida de otras mujeres conseguimos llegar hasta aquí.

No me siento triste, me siento bien, en parte liberada de no tener que pensar la ropa que me pongo en función de poder sacar la teta en público enseñando lo menos posible. Porque en estos dos años he sacado la teta en los lugares más insospechados: en la calle, en el tren, en el autobús, en la montaña, en el parque, en museos, en varios conciertos y fiestas populares tirada en el suelo cual hippy de los 70, la he sacado hasta en el claustro de un convento. En estos dos años también he dormido muchas noches con la teta fuera (suerte que no he tenido que pasar la ola de frío con la teta fuera ^_^).

En fin, que aquí se acaba una preciosa etapa y empieza otra igualmente bonita, que mi bebé ha dejado de ser un bebé y es cada día más niño, y me sorprende con sus nuevos avances, que lo quiero más que a nadie en este mundo y que le doy las gracias por enseñarme a ser madre y convertirme cada día en una mejor persona, por dejarme acompañarle en cada etapa de su vida y hacerme tan feliz. TE QUIERO HASTA EL INFINITO Y MÁS ALLÁ MI OSITO.


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